Me di cuenta de que debía centrarme en que, detrás de la oscuridad absoluta que me producía la enfermedad, brillaban pequeñas luces que me guiaban en el camino: la sonrisa de una amiga, un beso detrás de un oído, un abrazo dulce e infantil, un susurro, una risa escandalosa, una respiración cercana, conocida, suave. Y en eso tendría que apoyarme a partir de entonces: en TI
iiiiiiiiiiihhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh :)))))
ResponderEliminarjijijiji tequieruuuuuuuu fea te voi a dedicar mi blog YA jiiiijij
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaihhhhhhhhhhh teqiero tontaca L
ResponderEliminaryuhuhuuiii